Se los conoce como "Los de Pinto y Azurduy" , esquina del barrio de Saavedra, viejo almacén devenido en atellier, con sótano, vidriera y cortina metálica, donde los tarros de pintura, las telas, los marcos y caballetes suplantan a las latas de aceite, el arroz y los fideos.

 

    

 

Esta es la imagen de invitación a la muestra colectiva de "LOS PINTORES DE PINTO"

 

PARTE DE LA MUESTRA

    

 

MUSEO HISTORICO CORNELIO SAAVEDRA - Crisólogo Larralde 6309 - C.A.B.A.
Lunes a Viernes de 9 a 18 - Sábados y Domingos y Feriados de 10 a 20 horas

 

      

AQUI ESTAN - ESTOS SON " LOS PINTORES DE PINTO "

 

 

     

Los invitados disfrutaron dentro y fuera de la expo - a la derecha pintura de Rolo Sorondo titulada " Juana Azurduy "

 

MUSEO HISTORICO CORNELIO SAAVEDRA - Crisólogo Larralde 6309 - C.A.B.A.
Lunes a Viernes de 9 a 18 - Sábados y Domingos y Feriados de 10 a 20 horas

 

El Museo Histórico de Buenos Aires Cornelio de Saavedra, dependiente de la Dirección General de Museos, Subsecretaría de Patrimonio Cultural, invita a participar de la inauguración de la exposición Pintores de Pinto.

Participan Mario Cantaluppi, Carlos Estévez, Carlos Guiducci, Horacio López Gaschetto, Eduardo Naón, Oscar Padrevecchi, Leo Russo, Rodolfo Sorondo, Eugenio Xaus. - Crisólogo Larralde 6309.

 

A éste grupo de artistas se los conoce como “los de Pinto y Azurduy”, esquina del barrio de Saavedra, viejo almacén devenido en atelier, con sótano, vidriera y cortinas metálicas, donde los tarros de pintura, las telas, los marcos y caballetes suplantan a las latas de aceite, el arroz y los fideos. Los vinos y los salames no sólo siguen en su sitio sino que se da cuenta de ellos en las nocturnas tertulias mensuales de este grupo de pintores (y si es verano, con las sillas en la vereda).

Se discute y reflexiona sobre cine, mujeres, filosofía, fútbol, arte o política nacional.

Se podrá visitar de martes a viernes de 9 a 18 y sábados, domingos y feriados de 10 a 20 hs.

La exposición permanecerá abierta hasta el  28 de junio.

  Varios de los artistas practican el viejo y noble oficio de la arquitectura, aunque una pulsión creativa los lleva a cambiar el lápiz o el mouse por el pincel y el cucharín por la espátula.

Y aquí están, dialogando entre ellos, colgados de estas paredes del mismo barrio, cruzando lenguajes variopintos –los muchos pintos de Pinto- del intimismo a la expresión desenfadada, de la historia a la construcción espacial, de lo fantástico a lo cotidiano, de lo sensual a lo geométrico. 

 

Aquí están, estos son:

López Gaschetto con sus íntimos sueños etéreos, dulces o misteriosos,

Cantaluppi suele expresar a través de geografías de venas y raíces;

Russo y su “universalismo constructivo” en clave arquitectónica porteña;

Padrevecchi con sus construcciones in progress con colores, las rayas y sus rayitas metálicas,

las grampas, como huellas de un orden del desorden;

Sorondo revelándonos historias y leyendas de la América profunda, en pinturas rayanas en el fauvismo;

Naón, y su exploración de simbologías mesoamericanas, como el símbolo calli, de la casa azteca;

Guiducci incursionando en humanidades para deleitarnos con la ternura de desnudos incitantes y evanescentes;

Xaus en su diálogo formal/informal pleno de color y estallidos de vehemencia;

Estévez y sus bártulos bellamente hacinados, con cierto desenfreno de luz y color. 

 

En suma, esta aparente colección incongruente tiene poco de popurrí y mucho de mezcla fragante
y fruitiva de voces, imágenes, sueños y placer.